07 junio 2011

Siete de Junio

En Argentina, el día siete, del mes seis de todos los años se celebra el día del periodista, en recuerdo a la aparición de la Gaceta de Buenos Aires, primer medio gráfico nacido pocos días después de la Revolución del 25 de Mayo de 1810. Fue fundado por uno de los líderes de aquél proceso histórico: Mariano Moreno.
Quienes compartimos la pasión por esta profesión recordamos a figuras notables como Moreno, Arlt, Botana, Scalabrini Ortiz, Jauretche, Rodolfo Walsh, Tomás Eloy Martínez, Jaboco Timerman y muchos más que han hecho escuela y dignifican la actividad. Son los "próceres" del periodismo.
Es que al periodismo lo hacen las personas y no los medios, que son sólo instrumentos de soporte para las ideas que aquellos profesaban. Y las personas, en tanto sujetos, tienen pensamientos, sentimientos, valores, ideas, creencias, posiciones. En este sentido, podemos inferir que son signos.
Pero lo más importante es que los signos se definen por lo que hacen, no por lo que dicen ser, ni mucho menos por lo que ellos mismos dicen que son.
Tal vez esto suene complicado, pero detengámosnos en este razonamiento por un instante: toda persona es un signo, que como tal se define por lo que hace. No importa lo que dice ese signo, ni tampoco lo que dice éste de sí mismo. Al signo (y por ende, a los sujetos) los define un "otro". Y en el caso de los periodistas, esa otredad está representada por su audiencia, sus lectores, seguidores, etc.

Así se construye lo que algunos sociólogos han denominado "capital simbólico", sin duda el objeto de valor más preciado con el que cuenta cualquier trabajor de prensa.
En estos últimos años hemos asistido a la destrucción masiva de capital simbólico en el campo periodístico del que jamás se haya tenido registro. Hoy, los periodistas son interpelados por la sociedad como nunca antes. El lugar de "fiscal de la Nación" que ocuparon durante tantos años se desvaneció como castillo de arena junto al mar. Afortunadamente sucedió esto ya que para eso las sociedades tienen a la Justicia.
Otro punto destacable es que sectores amplios se enteraron (y muchos comprendieron) cómo se contruye la noticia, la realidad. En fin, se aprendió cómo se contruye sentido.
Palabras o conceptos como objetividad, independencia o neutralidad han sido ejes de cientos de debates que por fin se dieron fuera del campo exclusivamente periodístico. Hoy, la sociedad participa activamente y se interesa en el trabajo periodístico; lo aborda críticamente. Tal vez esta sea una de las consecuencias más interesantes que dejó el debate y la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Es por ello, que cuando llegan estas fechas tan especiales para todo comunicador es imprescindible tener en cuenta una serie de ideas que a pesar de sonar obvias o estúpidas, más de uno ha decidido olvidarlas, eliminarlas, atropellarlas o incluso enterrarlas:
1- El periodista no miente
2- El periodista no manipula
3- El periodista no defiende corporaciones
4- El periodista sólo esta al servicio de su público
5- El periodista no hace lobby ni tampoco es lobbysta
6- El periodista cuenta lo que él observa, no lo que otro u otros le dicen lo que debe observar
Ojalá pronto nazca una nueva forma de hacer periodismo que dignifique a aquellos próceres defendiendo el único interés de construir una sociedad mejor y más justa para todos. Pero para Todos.