15 diciembre 2011

Piedra, papel o tijera. Parte I

 
El presente artículo no estaba en los planes de quien lo escribe pero los acontecimientos políticos lo obligan a volcar algunas premisas, cuando la temperatura corporal aún no bajó lo suficiente.
Hace menos de una semana, Cristina Kirchner asume su reelección luego de recibir la mayor cantidad de votos que un presidente argentino en democracia tenga memoria. Su triunfo fue contundente y destacado en todo el mundo.
Como supo hacerlo el kirchnerismo durante sus más de ocho años al frente del poder Ejecutivo, mantuvo la iniciativa política y aprovechando su mayoria legislativa en ambas cámaras, impulsó una serie de proyectos de suma importancia para los años que se vienen: presupuesto, emergencia económica, estatuto del peón rural, ley de tierras y, en mi opinión, la más profundizadora: la que declara a la producción de papel de diario de interés público.
El objetivo era aclarar algunos puntos sobre el proyecto que regulará la producción del insumo principal de la prensa escrita, pero los acontecimientos modifican el cuerpo de la nota, aunque no su título... Es que las declaraciones del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, merecen algunas reflexiones.
El papel quedará entonces para cuando las aguas se aquieten y ahora nos ocuparemos de las piedra y la tijera.
El discurso de Moyano dejó a casi toda la clase política anodada, pese a que desde algunos medios de comunicación se especulaba con que sus dichos serían durísimos para con el oficialismo. En principio hay que decir que el camionero renunció a todo cargo partidario dentro del justicialismo, tanto a nivel provincial como nacional. Su argumento fue que allí "no se está haciendo verdadero peronismo" y hablo de "cáscara vacia". Como no se cuenta con un "peronómetro" a mano que permita determinar fielmente si esto es cierto o no, surge el siguiente interrogante: por qué el líder sindical no expresó estas diferencias dentro del órgano correspondiente cuando hace muy poco los líderes del justicialismo se reunieron en la ciudad de Rio Gallegos (en el marco de un homenaje al ex presidente Néstor Kirchner) y anunciaron su apoyo incondicional al gobierno de CFK. Primera incógnita.
Hugo tiró la primera piedra y muchos sectores de la sociedad se regocijan con que esto haya sucedido. Disfrutan del conflicto: son piromaníacos sociales. Quieren más piedras. Una tormenta de piedras. Pero en la llegada del verano hace falta tener la mente fría y actuar de manera racional, para no incrementar la temperatura discursiva, que sólo beneficia a los cuervos que sobrevuelan siempre esperando la carroña.
Moyano no sólo equivoca el camino, también comete un tremendo error al elegir a los aliados que lo acompañarán en transitarlo: sujetos siniestros que poco tienen que ver con la lucha por mejorar las condiciones de los más humildes; aliados hasta hace menos de seis meses con candidatos presidenciales defensores a ultranza de las corporaciones. Pero toda esta hipocrecía tiene su punto más álgido en los diarios Clarín o La Nación que defenestraron por siempre al secretario general de la CGT y ahora lo colocan en un altar de santidad absoluta por su "valentía de romper con el oficialismo".
Hace no más de una década, el camionero llegaba abordo de una ambulancia a la Plaza de Mayo a dar sus discursos en su enorme lucha contra el neoliberalismo y la convertibilidad que dejaba cada vez más gente en la calle y un aparato productivo destrozado. Hoy pelea por el reparto de ganacias y por incrementar la cantidad de afiliados a su gremio. Algo ha cambiado...
Otro punto que el líder camionero no tiene en cuenta es que, por ahora, los muertos no hablan. Y al especular con lo que haría "el compañero Néstor Kirchner" en estos momentos difíciles para todos los trabajadores del mundo no sólo está descalificando las políticas impulsadas por la presidenta recientemente reelecta con más de la mitad de los sufragios emitidos (y que según los números de Hugo, él contribuyó en la mitad de los mismos...), sino que a su vez coloca al ex presidente en una vereda opuesta a la de su compañera de toda la vida. Sin duda una acto de traición y deslealtad más grande que la que Julio Cobos cometió durante todo su mandato como vicepresidente.
Por eso, un buen baño de humildad para más de uno parece hacer falta. La responsabilidad histórica de quienes poseen un poder de representacion social debe estar a la altura de las circunstancias. La crítica debe ser constructiva y no rupturista porque en la fragmentación quienes se benefician son los mismos vivos de siempre.
"Divide y reinarás", dice el proverbio. Y en este sentido, todos los que realmente tienen como principal objetivo la construcción de un país más justo, solidario y democrático para todos deberían tener esta frase como cabecera antes de largarse a dar un discurso que fomenta la división... de los más desfavorecidos. Continuará.